miércoles, 10 de marzo de 2010
Y sigo aquí esperándote bajo la misma lluvia de aquel sueño húmedo. No sé nada de tu voz ni de tus ojos. No sabes el dolor que siento bajo la piel. Tal vez me esperas en el mismo lugar, pero no a la misma hora de siempre. Yo daría un trozo de la poca esperanza que me queda por un encuentro fortuito. Por verte y correr lejos. Sólo me gustaría respirarte una vez más y saber que tienes el mismo olor de antes.
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